“Dios y Señor mío, no sé adónde voy.
No vislumbro el camino delante de mí.
No puedo saber con certeza dónde terminará.
Ni siquiera me conozco realmente a mí mismo.
Y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad,
no significa que realmente lo esté haciendo.
Pero creo que mi deseo de agradarte, de hecho hace que te agrade.
Y espero tener ese deseo en todo lo que haga.
Y espero nunca hacer nada, fuera de ese deseo.
Y además estoy seguro de que si hago eso,
me conducirás por el camino correcto,
aunque yo lo desconozca por completo.
Por lo tanto, confiaré en ti siempre,
aunque más de una vez pueda parecerme
que estoy perdido y en sombra de muerte.
No temeré porque tú estás siempre conmigo
y nunca permitirás que enfrente mis luchas solo”.
que hermosa... gracias.
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