Sucedió el 10 de diciembre de 2008. El consejero del rey Mohamed VI dio a conocer una decisión del monarca: Marruecos dejaría de lado las reservas relativas a la Convención internacional sobre la eliminación de discriminaciones a la igualdad de las mujeres. Estas reservas habían sido puestas por Marruecos, y otros países musulmanes, por consideraciones religiosas.
Los más modernos vieron este paso como continuidad de un largo proceso de reformas iniciadas por el rey, que comenzaron con el nuevo Código de Familia. Pero para los conservadores, la decisión real se percibe como un error, incluso como una provocación.
Para suavizar la crisis, el Consejo superior de Ulemas (que legisla sobre cuestiones religiosas) intervino señalando que el levantamiento de las reservas al texto internacional por parte de Marruecos no debe prestarse a confusión porque las cosas son claras: las disposiciones contenidas en el Corán, por ejemplo los textos relativos a la herencia, son intocables y no admiten ninguna interpretación.
Los niños aprenden esto en la escuela y lo repiten durante toda su vida: "Nada de esfuerzos interpretativos delante de un texto coránico". Memorizarlo, recitarlo y cumplirlo; jamás analizarlo.
CUESTIONAMIENTO
Sin embargo, los cuestionamientos han encontrado espacio incluso en medios de comunicación masiva. Atreverse a plantear que las disposiciones coránicas podrían considerase como resultado de un contexto social y cultural particular y que su alcance no es necesariamente universal y atemporal, ya no es una utopía.
Podríamos tomar como ejemplo dos temas que discriminan a las mujeres musulmanas: la herencia y la poligamia. En el primer caso, la tradición cuenta que en el contexto de guerra permanente, donde mujeres y niños eran considerados casi como minusválidos, una mujer presentó su queja a Mohamed (Mahoma) porque el hermano de su marido fallecido se había apoderado de toda la fortuna de éste, dejándola a ella y sus hijos absolutamente sin recursos. El verso coránico relativo a la herencia (que otorga a la mujer el derecho a heredar una parte de los bienes) fue una respuesta inmediata a la demanda de esta mujer y una dádiva para muchas mujeres privadas de herencia hasta entonces. Una revolución en su tiempo, pero que por la persistencia de la tradición y la cultura patriarcal de la época, terminó encorsetando y limitando el derecho de las mujeres de heredar de igual manera que los hombres.
Algo similar ocurrió con el tema de la poligamia. Los historiadores dicen que en la sociedad árabe que vio nacer al Islam no existía ninguna restricción en cuanto al número de esposas. Casarse con varias mujeres era una manera de asegurar vínculos entre diferentes clanes y tribus, siempre con el espíritu belicoso que caracterizó a esa sociedad. Tener un buen número de hijos capaces de tomar las armas y de hacer alianzas matrimoniales, era el mejor "seguro de vida". Se dice que cuando los versos limitando el número de esposas fueron revelados a Mohamed (Mahoma), uno de sus compañeros tenía una docena de esposas, sin contar las esclavas con las que también mantenía relaciones sexuales. Para incitar a los musulmanes a limitar la multiplicación de casamientos, el Corán desaconseja la poligamia si no fuera posible mantener a las esposas en igualdad de condiciones, y limita su número a cuatro.
Nuevamente, una disposición revolucionaria para la época, mantenida como resabio de una era patriarcal.
Si estas cuestiones entran en debate entre los musulmanes, un rayo de luz puede entrar en sus mentes y preparar el camino para la aceptación de verdades más profundas. Para el conocimiento de la Verdad
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