Me duelen tus niños comiendo galletas de barro y grasa, tu gente muriendo deshidratada a causa del cólera, tus ciudades destruidas por el terremoto, tus calles anegadas por el lodo, los tambores de los ritos paganos, la esclavitud ancestral, los espíritus de muerte y miseria que se pasean por la isla. Haití, cómo duele tu historia!
Me anima la fe de los esperan en el Señor, de los que alaban a Dios y sirven al prójimo sin desmayar.
Por la fidelidad de ellos, haz un milagro Señor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario