Argentina
09 DE MAYO DE 2012, RESISTENCIA
La pequeña Luz Milagros ha cumplido un mes de vida. La mañana en que nació -con sólo seis meses de gestación-, fue dada por muerta, la pusieron en un cajoncito y la llevaron a la morgue del Hospital Julio C. Perrando, de Resistencia, Argentina. Mientras tanto, su madre dormía bajo el efecto de los sedantes suministrados después del parto.
© Protestante Digital 2012
Analía Boutet, madre de Luz MilagroArgentina
La ‘beba milagro’ cumple un mes tras certificar su muerte al nacer
Al insistir sus padres en ver el cadáver,
tras 12 horas en la morgue, vieronr que estaba viva. Ha cumplido un mes
la "bebé milagro", hija de cristianos evangélicos.
09 DE MAYO DE 2012, RESISTENCIA
La pequeña Luz Milagros ha cumplido un mes de vida. La mañana en que nació -con sólo seis meses de gestación-, fue dada por muerta, la pusieron en un cajoncito y la llevaron a la morgue del Hospital Julio C. Perrando, de Resistencia, Argentina. Mientras tanto, su madre dormía bajo el efecto de los sedantes suministrados después del parto.
Doce horas más tarde, cuando le quitaron la medicación a la madre, se
dirigió junto a su esposo a la morgue. “Quería verla”, dice Analía
Boutet, de 29 años y madre de otros cuatro niños. "A mi marido le
dijeron que había nacido muy débil y por eso murió, pero el certificado
de defunción dice que nació muerta", explica.
En la morgue ocurrió lo inesperado . La encargada del lugar buscó el cajoncito y se los entregó. "Yo tomé aire y miré, sin saber qué iba a encontrar. El cuerpito estaba cubierto por una tela. Le vi la carita, tenía los ojos abiertos y giró la cara y la mano hacia mí. Hizo como un suave quejido. Pensé que estaba loca. Grité: «¡Señora, ¿por qué mi bebe se está moviendo?!» La señora de la morgue se acercó. Ya movía las manos y las piernitas. La levantó y empezó a caminar para la salida, pidiendo ayuda", cuenta Analía. Ella cayó de rodillas.
Analía y su esposo son cristianos evangélicos; y ahora su fe en Dios ha sido renovada por lo que ellos consideran un milagro . Los jóvenes padres explican que el nombre que habían escogido para la beba era Luciana Abigail, pero dadas las circunstancias que rodearon a su nacimiento, los llevó a llamarla Luz Milagros .
EVOLUCIÓN FAVORABLE
Le tocó nacer en una provincia en la que casi doce de cada 1000 bebes mueren antes de cumplir un mes. Nació, pero la anotaron con un doble cero. Significa que había llegado a este mundo sin vida. La pusieron en un cajón, lo clavaron y lo guardaron en la morgue. La gran pregunta que nadie puede contestar es qué pasó. Si su corazón latía, debió vencer al frío de la morgue ("tenía escarcha", dice la familia) y finalmente, a pesar de todo, la vida se abrió paso esperando que el amor de sus padres llegase a rescatarla.
Los propios médicos están divididos. Unos dicen que hay un caso único similar ocurrido en Israel, en el que el frío facilitó el menor consumo de oxígeno. Otros creen que un bebé nacido prematuro, sin signos vitales y abandonado a bajas temperaturas, sin alimento ni suero, es imposible que sobreviva, en cuyo caso sería un milagro.
Luz Milagros, la bebé que venció a las estadísticas de mortalidad neonatal, continúa internada, pero con el nuevo hecho excepcional de que a pesar de todo lo ocurrido tiene una evolución favorable dentro de haber nacido con seis meses de gestación. Ya pesa casi un kilo y se alimenta con leche materna. Sus cuatro hermanos cuentan los días que faltan para que puedan tenerla en casa y disfrutarla como alguna vez imaginaron.
Los médicos todavía no hablan de secuelas. Por el momento, según cuentan los padres, no encuentran razones para hablar de daño neurológico. Ni las doce horas que estuvo en un freezer en la morgue, ni el paro cardíaco que tuvo a la semana de nacer parecen haber dejado huellas visibles. Por el momento, mueve todos los dedos de las extremidades y logra visualizar a sus padres. Todos están sorprendidos por la buena evolución de los últimos días. "Se esperaba que para el primer mes recuperara los 870 gramos con los que nació, pero ya está casi en un kilo", se entusiasma Fabián Verón, el padre. Eso sí, por el momento, Luz tiene que tomar una medicación para evitar convulsiones como las que sufrió hace unos días.
VIVA POR MILAGRO
Analía Boutet la mira en la sala de terapia intensiva neonatal y no lo puede creer. Ya le permiten alzarla y besarla. Puede hacerlo cada tres horas. La beba toma su leche por sonda. Por lo menos pasarán otros dos meses para Luz pueda dejar el hospital.
Todas las tardes, cuando salen del colegio, sus hermanos, Ramiro, de 5 años, Camila, de 8, Micaela, de 9 y Santiago, de 12, se van con el papá al hospital. La vida familiar de los Verón se vio alterada desde que nació la más chiquita. La mamá pasa todo el día en el hospital: sale de madrugada de Fontana, en las afueras, para llegar a las 6.30 al hospital y ver a Luz. Se queda allí hasta las 22.
"Es una leona. Lucha cada día por salir adelante. Luz es muy dulce. Le encanta estar en contacto conmigo. Fija la mirada, se ríe", cuenta Analía. Una mezcla de emociones le corre por las venas. "No puedo creer que hace un mes aquí me dieron la peor noticia. Y ahora, el milagro es real y está entre nosotros: mi hija está viva por milagro de Dios. Ahora es suya", dice. Por su parte el padre destaca: "Mi hija lleva mi apellido pero es hija de Dios".
El grupo evangélico Invasión del Amor de Dios al que pertenece la familia de la beba, organizó una cadena de oración coordinada en varios países
Autores: Verónica RossatoEn la morgue ocurrió lo inesperado . La encargada del lugar buscó el cajoncito y se los entregó. "Yo tomé aire y miré, sin saber qué iba a encontrar. El cuerpito estaba cubierto por una tela. Le vi la carita, tenía los ojos abiertos y giró la cara y la mano hacia mí. Hizo como un suave quejido. Pensé que estaba loca. Grité: «¡Señora, ¿por qué mi bebe se está moviendo?!» La señora de la morgue se acercó. Ya movía las manos y las piernitas. La levantó y empezó a caminar para la salida, pidiendo ayuda", cuenta Analía. Ella cayó de rodillas.
Analía y su esposo son cristianos evangélicos; y ahora su fe en Dios ha sido renovada por lo que ellos consideran un milagro . Los jóvenes padres explican que el nombre que habían escogido para la beba era Luciana Abigail, pero dadas las circunstancias que rodearon a su nacimiento, los llevó a llamarla Luz Milagros .
EVOLUCIÓN FAVORABLE
Le tocó nacer en una provincia en la que casi doce de cada 1000 bebes mueren antes de cumplir un mes. Nació, pero la anotaron con un doble cero. Significa que había llegado a este mundo sin vida. La pusieron en un cajón, lo clavaron y lo guardaron en la morgue. La gran pregunta que nadie puede contestar es qué pasó. Si su corazón latía, debió vencer al frío de la morgue ("tenía escarcha", dice la familia) y finalmente, a pesar de todo, la vida se abrió paso esperando que el amor de sus padres llegase a rescatarla.
Los propios médicos están divididos. Unos dicen que hay un caso único similar ocurrido en Israel, en el que el frío facilitó el menor consumo de oxígeno. Otros creen que un bebé nacido prematuro, sin signos vitales y abandonado a bajas temperaturas, sin alimento ni suero, es imposible que sobreviva, en cuyo caso sería un milagro.
Luz Milagros, la bebé que venció a las estadísticas de mortalidad neonatal, continúa internada, pero con el nuevo hecho excepcional de que a pesar de todo lo ocurrido tiene una evolución favorable dentro de haber nacido con seis meses de gestación. Ya pesa casi un kilo y se alimenta con leche materna. Sus cuatro hermanos cuentan los días que faltan para que puedan tenerla en casa y disfrutarla como alguna vez imaginaron.
Los médicos todavía no hablan de secuelas. Por el momento, según cuentan los padres, no encuentran razones para hablar de daño neurológico. Ni las doce horas que estuvo en un freezer en la morgue, ni el paro cardíaco que tuvo a la semana de nacer parecen haber dejado huellas visibles. Por el momento, mueve todos los dedos de las extremidades y logra visualizar a sus padres. Todos están sorprendidos por la buena evolución de los últimos días. "Se esperaba que para el primer mes recuperara los 870 gramos con los que nació, pero ya está casi en un kilo", se entusiasma Fabián Verón, el padre. Eso sí, por el momento, Luz tiene que tomar una medicación para evitar convulsiones como las que sufrió hace unos días.
VIVA POR MILAGRO
Analía Boutet la mira en la sala de terapia intensiva neonatal y no lo puede creer. Ya le permiten alzarla y besarla. Puede hacerlo cada tres horas. La beba toma su leche por sonda. Por lo menos pasarán otros dos meses para Luz pueda dejar el hospital.
Todas las tardes, cuando salen del colegio, sus hermanos, Ramiro, de 5 años, Camila, de 8, Micaela, de 9 y Santiago, de 12, se van con el papá al hospital. La vida familiar de los Verón se vio alterada desde que nació la más chiquita. La mamá pasa todo el día en el hospital: sale de madrugada de Fontana, en las afueras, para llegar a las 6.30 al hospital y ver a Luz. Se queda allí hasta las 22.
"Es una leona. Lucha cada día por salir adelante. Luz es muy dulce. Le encanta estar en contacto conmigo. Fija la mirada, se ríe", cuenta Analía. Una mezcla de emociones le corre por las venas. "No puedo creer que hace un mes aquí me dieron la peor noticia. Y ahora, el milagro es real y está entre nosotros: mi hija está viva por milagro de Dios. Ahora es suya", dice. Por su parte el padre destaca: "Mi hija lleva mi apellido pero es hija de Dios".
El grupo evangélico Invasión del Amor de Dios al que pertenece la familia de la beba, organizó una cadena de oración coordinada en varios países
© Protestante Digital 2012
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