Hada María Morales, escritora nicaragüense radicada en Miami, la llama “La libreta loca”. Para otros es, simplemente, “Moleskine”. En realidad, esa es la marca del legendario cuaderno de notas y agenda de los artistas e intelectuales europeos de los últimos dos siglos: de Van Gogh a Henri Matisse, de las vanguardias históricas a Ernest Hemingway. La tradición fue recuperada por el escritor viajero Bruce Chatwin que las adquiría en una vieja papelería parisina, para llevarlas siempre consigo en la mochila o intercambiarlas con sus amigos escritores, como Luis Sepúlveda.
Justamente, Luis Sepúlveda (1949) decidió rendir un homenaje a las libretas de notas y así nació su libro Moleskine, apuntes y reflexiones. Para el escritor chileno, la "mítica" agenda y libreta de notas Molekine, tan característica de la intelectualidad europea, es "como un cuaderno de bitácora de la vida" en el que va anotando ideas que luego refleja en sus obras.
Se llame como se llame, “la libreta” es una salvaguarda de la memoria y constituye uno de los objetos (junto con un boli, lapiz o pluma) que siempre acompaña a cualquiera que realice actividades relacionadas con la creatividad.
La libreta del escritor suele tener ideas que te asaltan en cualquier momento y lugar. Quizá son frases que has leído, o que has evocado, una anécdota o palabras escuchadas al pasar. Si no fuera por los apuntes que vamos haciendo en una servilleta, un cuaderno o una libreta, las ideas se irían sin volver jamás. Y es muy frustrante no recordar esas ideas que te parecían tan increíbles.
Justamente, Luis Sepúlveda (1949) decidió rendir un homenaje a las libretas de notas y así nació su libro Moleskine, apuntes y reflexiones. Para el escritor chileno, la "mítica" agenda y libreta de notas Molekine, tan característica de la intelectualidad europea, es "como un cuaderno de bitácora de la vida" en el que va anotando ideas que luego refleja en sus obras.
Se llame como se llame, “la libreta” es una salvaguarda de la memoria y constituye uno de los objetos (junto con un boli, lapiz o pluma) que siempre acompaña a cualquiera que realice actividades relacionadas con la creatividad.
La libreta del escritor suele tener ideas que te asaltan en cualquier momento y lugar. Quizá son frases que has leído, o que has evocado, una anécdota o palabras escuchadas al pasar. Si no fuera por los apuntes que vamos haciendo en una servilleta, un cuaderno o una libreta, las ideas se irían sin volver jamás. Y es muy frustrante no recordar esas ideas que te parecían tan increíbles.
Si!!!! ahora salgo a comprar un cuaderno que me quepa en la cartera ! Totalmente de acuerdo, ya tengo mil por ahí, pero siempre pienso en algo cuando viajo ¡ y no tengo nada a mano para anotar!
ResponderEliminarGracias por el aporte. Edith