Para los medios de comunicación, que alguien se convierta a Cristo no es noticia, a no ser que se trate de un personaje conocido.
Kaká o Juan Luis Guerra han tenido muchas oportunidades de dar testimonio de su fe en entrevistas o declaraciones a la prensa. Otros famosos optan por escribir un libro con su historia, como la cantante portorriqueña Julissa, o el humorista argentino (fallecido en mayo de 2006) Jorge “Gordo”Porcel.
Justamente, uno de los personajes femeninos más destacados en los programas televisivos de Porcel, ha publicado un libro: Amalia González, ex vedette conocida en el ambiente artístico como “Yuyito”.
“De la fama a la fe” se titula esta autobiografía testimonial. “Es un género que descubrí a partir de mi conversión al Evangelio. Es una forma de compartir este cambio en mi vida”, expresó la autora en una entrevista periodística.
El interesante libro publicado por SAGEPE ediciones muestra el impacto de la fe en la vida de una actriz, de una vedette, o simplemente de una mujer con necesidad de Dios.
TESTIMONIO VIVO
De joven, la actriz, buscó la fama, dinero y éxito. Cierto día todo se desvaneció y descubrió que la felicidad no es cuestión de rating ni de reconocimiento. No es cuestión de un nombre mediático, sino que implica algo más.
“En un momento, la búsqueda del espejismo de la fama, los halagos, la seducción, el reconocimiento público, el dinero, perdió todo sentido para mí y se desvaneció. Aun con un nombre vigente y con todo para seguir por muchos años, se me hacía insoportable la idea de continuar siquiera un minuto más con el estilo de vida que llevaba. Sin dudas había buscado mi felicidad en el lugar equivocado”, reconoce la ex vedette.
Llegado a este punto, Amalia se plateó varios interrogantes: “¿Quién iba a ser si dejaba de ser Yuyito? ¿Qué otra cosa sabía hacer para ganarme la vida? ¿Cómo iba a sostener económicamente el consumismo al que estaba acostumbrada? Necesitaba urgente un cambio de vida, pero ¿cómo sería posible? Cinco años después de aquel momento de crisis puedo afirmar que esa crisis fue la gran oportunidad para sanar cada área de mi existencia y que el proceso todavía continúa de victoria en victoria”, confesó en una reciente entrevista periodística
Hoy ella puede aconsejar a otras personas: “Tal vez seas tú quien hoy está diciendo ‘basta’ a una forma de vida o a algún aspecto de tu carácter, a algún recuerdo que te persigue, alguna culpa que da vueltas en tu cabeza y te roba la paz. Por eso quiero que sepas que sea cual sea nuestra circunstancia, dolor, escasez, pérdida, hay alguien que puede sanar las heridas de nuestro corazón, alguien que tiene una vida nueva para regalarnos, que perdona los errores del pasado, nos da una mente nueva, nos consuela, seca nuestras lágrimas y nos brinda su mano para caminar una vida distinta junto a Jesucristo”.
LA PAZ INTERIOR
Cuando le preguntan cómo ve ella hoy a la Amalia que fue, responde sin titubear: “Como algo del pasado. Como una manera de vivir que no me convenía”. Qué manera simple y hermosa de referirse a su propia experiencia sin Dios. “No me convenía”.
Sin usar un lenguaje religioso, la ex vedette trasmite un mensaje que cualquiera puede comprender. “Mi vida hoy es más rica en muchísimos aspectos, más amplia, con proyectos, con realidades, actividades nuevas. No extraño para nada la actuación y las tablas. Pienso que fue una etapa, con un objetivo alcanzado, pero que con el tiempo no cubrió mis necesidades”.
Ella sigue cuidando su cuerpo, aunque con un enfoque diferente. “Tal vez en el afán de estar bella lo maltrataba bastante, con tratamientos y también mirándome continuamente. La paz que experimento ahora también se relaciona con mi manera de comer, con no consumir alcohol, no fumar, y también con cuidarme de lo que escucho y con quién me vínculo”.
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