“No os conforméis a este siglo”, dice Pablo, seguidor del Maestro.
No te conformes a este siglo (mundo) de hipocresía, de prejuicios, de críticas, de líderes manipuladores, de orgullo, de egoísmo, de luchas por el poder, de neoliberalismo, de rechazo al que es diferente, de temores, de falta de perdón, de trabas para el despliegue de potencialidades personales, de envidia, de insensibilidad, de engaños, de abusos, de rigidez, de fanatismo.
No te conformes a este mundo que prefiere los ladrillos al pan compartido, la música estridente al silbido del viento, el crujir de las hojas de otoño o el ruido del mar.
No te conformes a este mundo que olvida quitarse los zapatos para pisar la hierba fresca, que no cultiva huertas ni jardines, que no recuerda el olor del pan casero y la frescura del rocío.
No te conformes a este mundo que dice “mío” en lugar de decir “nuestro”, que no tiende la mano al necesitado, que abandona al enfermo y al anciano, que no tiene tiempo para escuchar ni sabe compartir.
No te conformes a este mundo que ha optado por el sedentarismo, que se intoxica de mil maneras, que se deshumaniza día a día.
No te conformes a este mundo que impone moldes, que ahoga la creatividad.
No te conformes a este mundo plagado de altares, de ídolos, de dioses.
En cambio, busca el reino del Amor que quiere seguir amando.
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