VERONICA ROSSATO

12 de junio de 2020

Esta boca es mía (1994)



Diario ABC, Asunción, Paraguay - 9 de abril de 1994.


DEL BAÚL DE LOS RECUERDOS
Han pasado 26 años y el texto no ha perdido vigencia.
No hay misterio en ello. Simplemente, la fuente de inspiración
es eterna.

3 de junio de 2020

Agenda en blanco

Estad quietos, y reconoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10)
 

Si nos pidieran describir las imágenes que más nos impactaron al inicio de la cuarentena, seguramente mencionaríamos las calles desiertas y silenciosas. Pero en mi mente ha quedado grabada una agenda abierta, con las páginas en blanco. Ningún compromiso, nada especial para hacer, ningún lugar a donde ir, nadie que me esperara allí fuera.
 La inmovilidad externa llegó por decreto oficial, pero la quietud interna no surgió de inmediato. En lo personal, la llave fue la lectura del Salmo 46, en el cual se inspiró Martín Lutero en 1529 para escribir el himno “Castillo fuerte es nuestro Dios”.

El texto bíblico describe en la primera estrofa quién es Dios; afirma en la segunda que él está con nosotros en toda circunstancia, y en la tercera menciona sus obras. A continuación, declara: “Estad quietos, y reconoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.”

Llegar a experimentar esa quietud del alma, reconociendo primeramente que él es Dios soberano y verdadero, nos renueva y revitaliza. Entonces, en plena cuarentena u otra situación difícil, nacen la creatividad, el canto, el gozo de respirar, la confianza.

El Salmo culmina reiterando que Dios está con nosotros y que es nuestro refugio. Ante esta certeza, podemos gustar y disfrutar la verdadera paz, dejando siempre espacio en blanco en la agenda del corazón para los encuentros con el Señor.