VERONICA ROSSATO

1 de junio de 2013

Eco Biblia

Vive en paz, salva al planeta

¿Los cristianos tenemos alguna propuesta frente al desastre ecológico que vive el planeta? La Eco Biblia de las Sociedad Bíblicas Unidas registra 1.600 versículos sobre el medio ambiente, aunque ni en los púlpitos de las iglesias ni en los centros de estudios teológicos suele hablarse del tema. La pobreza, la desertificación, la contaminación ambiental, el cambio climático, la extinción de especies, son algunas de las expresiones acuñadas para indicar que a nuestro mundo le va mal. La pregunta del principio sobrevuela esta edición especial de Pulso Cristiano dedicada a reflejar las corrientes de pensamiento evangélico y lo que muchos cristianos en soledad hacen a favor de una administración sana de los recursos naturales. Son pequeñas historias, la mayoría de gente que ayuda a cuidar lo que Dios nos dio o a tomar conciencia sobre su importancia. Hay algo que todos podemos hacer para ayudar al planeta: vivir con sencillez pues recorta el consumo, lo que Serge Latouche reivindica así: “Vivir mucho mejor con mucho menos”. El economista francés propone el “decrecimiento”, es decir “auto limitar el consumo y acompasar el gasto de los recursos al ritmo de su regeneración”. El consumo desenfrenado de vehículos, artículos electrónicos y hogareños, alimentos, ropa y calzado alentado por la publicidad es el principal responsable del desastre ambiental de nuestra gran casa. No es que debamos volver a vivir como nuestros abuelos, sino aprender a satisfacer nuestras ansiedades fuera de las compras. Porque el “shopping” brinda alegrías y pacifica espíritus, al menos por un tiempo, pero hiere de muerte al planeta. Vivir sencillamente era lo que el apóstol Pablo le proponía a los habitantes de Tesalónica: “Pónganse como objetivo vivir una vida tranquila, ocúpense de sus propios asuntos y trabajen con sus manos”. ¿Algo más? “Mi gran aspiración siempre ha sido predicar la Buena Noticia donde nunca antes se ha oído el nombre de Cristo”, le escribió a los romanos. Al hablarle a los corintios sobre la vida actual y la venidera, Pablo sintetizó: “Nuestro objetivo es agradarlo a él”. Una vida centrada en lo que Dios quiere nos traerá paz al alma, indispensable para no caer en la trampa del consumismo y así cuidar los recursos naturales.
David Kohler
Pulso Cristiano

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